El siglo XXI trae consigo la cuarta revolución industrial, que junto a la tercera generan un impacto tres mil veces mayor que la primera y segunda revolución juntas. Con todos los avances tecnológicos, en los que el 80% del conocimiento del mundo se encuentra en un celular, es crucial no dejar de lado los aspectos emocionales de las personas, para así poder rendir al máximo.
Salud y bienestar son dos temas que van a la par. Lo que ocurre es que la salud mental no tiene tanta historia como la medicina en general, y se podría decir que el fenómeno por su interés es reciente. Antes, este concepto estaba muy ligado a lo religioso y todo aquel que poseyera algún comportamiento extraño se lo vinculaba con lo sobrenatural o la posesión espiritual. En cambio, en la actualidad sabemos que existen múltiples enfermedades y diagnósticos que pueden ser tratados.
Recién en el último tramo de la década de 1940, con el fin de la segunda guerra mundial, la Organización Mundial de la Salud se atreve a dar una definición sobre la salud mental. Esto va en paralelo con la implementación de políticas que tengan en cuenta el cuidado de la mente, al igual que el cuerpo, considerando los posibles trastornos mentales para comenzar a mejorar la vida cotidiana de los afectados.
La importancia de la salud mental en el trabajo
Esto es algo mucho más que la ausencia de trastornos mentales, dice la OMS. Se trata de algo determinado por muchos factores que van desde lo socioeconómico a lo biológico. Para su tratamiento existen estrategias interdisciplinarias, por ejemplo entre la psicología y la psiquiatría, que protegen y restablecen la salud mental del individuo.
Ahora bien, pasemos a una de las partes más complicadas, que es la salud mental en el trabajo. La oficina no es una clínica, pero no por ello debe verse desligada a todo lo que involucre los factores mencionados anteriormente De hecho, es uno de los lugares donde más fortalecida debe estar la salud integral, ya que estamos hablando de un ámbito que puede generar mucho estrés y conflictos.
Utilizar las herramientas que mencionaremos a continuación mejorará la capacidad colectiva e individual de pensar este tema, fortaleciendo así las relaciones laborales y creando equipos sólidos. Porque de nada sirve tener a los empleados más calificados técnicamente si éstos no pueden manifestar sus sentimientos e interactuar con los demás, aliviando las presiones del día a día.
Teniendo en cuenta que gran parte de la vida adulta transcurre en el trabajo, hay que tener en cuenta que las modalidades han cambiado y hoy con el trabajo a distancia los horarios pueden ser trastocados: si no hay horarios rígidos, se puede elegir trabajar de día o de noche. Y si no gusta la compañía en la que uno se encuentra, también es posible cambiar de organización.
La pérdida de productividad relacionada a la depresión y la ansiedad le cuesta anualmente a la economía mundial un billón de dólares, según Dévora Kestel, directora de Salud mental y abuso de sustancias en la Organización Mundial de la Salud. Para que esto no suceda aparecen dos puntos clave: la buena comunicación y la gestión efectiva. También se recomienda evitar los trabajos prolongados y poco flexibles, y la falta de coordinación en los equipos.

El acoso psicológico, una causal a erradicar
El estrés en el trabajo, puede generarse por miembros de la empresa que de alguna forma consciente o inconsciente afecten el bienestar de una persona con sus comentarios o acciones. Para evitar esto es muy importante que el departamento de Recursos Humanos esté activo y preste atención a las dinámicas que se generan en los grupos.
Lo más recomendable es informar del acoso a los superiores, o incluso a la familia y amigos para encontrar apoyo. Es significativo que si sufres del acoso laboral puedas actuar con decisión y de manera inmediata, sin discutir con el agresor, sino basándose en argumentos claros y directos. Los testigos siempre serán de ayuda para no quedar solo en una situación tan estresante. Será un modo de reunir pruebas y de que el acosador quede al descubierto.
El acoso laboral daña inmensamente la autoestima y puede llevar a una persona al borde de la depresión, aislándola de sus entornos de contención si es que ésta no cuenta lo que le ocurre. Por esto es que el apoyo psicológico no estará de más y servirá para reforzar los puntos a favor que tiene la personalidad de la víctima.

Factores negativos para el bienestar laboral
El equilibrio mental puede verse afectado de muchas formas. La manera en que se dan los procesos organizacionales y la comunicación entre los distintos miembros de la pirámide jerárquica, pueden llevar a malentendidos. Quienes son reservados y no expresan su malestar, pueden acumular inseguridades, provocando un aumento de su ansiedad. Por eso para mejorar el clima laboral las empresas deben tener espacios propicios a la escucha activa.
Un débil departamento de Recursos Humanos perpetúa los conflictos en la oficina, al no tener las personas dónde recurrir y no poder desarrollar los aspectos comportamentales. Éstos casualmente se basan en los conocidos soft skills, que no son más que la inteligencia emocional y la capacidad de mantener buenas relaciones interpersonales.
Si no se consideran iniciativas que motiven y valores a los empleados, será muy difícil que ellos se sientan cómodos en su propio ambiente laboral. Además, si éstos se encuentran con problemas mentales, la empresa debería poder prestar apoyo y estar enterada del tema para adaptar de la forma adecuada el trabajo a aquel individuo.
Sostener una buena salud mental es tarea de todos los días, en la que afectan tanto la carga horaria, la inseguridad por la permanencia en el trabajo, y las relaciones dañinas que pueden generarse en el ambiente laboral. En la organización se debería prestar atención a los niveles de estrés y trastornos que podrían reconocerse en los empleados para así actuar lo antes posible.