En una empresa, la organización y la buena gestión son claves para un excelente rendimiento. Sin embargo, como en muchas esferas de la vida, tener todo bajo control es algo casi imposible, y a veces, disruptivo.
Aquí es donde nace el término microgestión, la cual te permite tener bajo la lupa todo lo que tus empleados están haciendo. Pero, en realidad, ¿esto es realmente útil y sano?
A continuación, te introducimos en este mundo desde la definición de la palabra, hasta sus pros y sus contras. De esta manera, podrás detectar estas conductas en tu compañía y determinar si, al fin y al cabo, son sanas para el crecimiento de ella.
¿Qué es la microgestión?
El término alude a micro (pequeño) y gestión (sola se define la palabra), es decir, pequeñas gestiones. Hablamos, entonces, del acto de querer supervisar y controlar cada uno de los aspectos de tu empresa. Esto trae consigo a un supervisor, que, en vez de realizar cualquier otra tarea, está vigilando las actividades que cada miembro ejercen.
Esta tarea incluye, también, que en realidad otros cargos allí den órdenes para que cada tarea se complete a la perfección. A simple vista parece algo excelente para no permitir el caos en la organización. Sin embargo, las consecuencias negativas se asoman rápidamente.
Claro está que todos los excesos son malos, pero no hay que creer que esta es una técnica novedosa que trae soluciones. Como se indica anteriormente, el control excesivo (en grupos pequeños, principalmente) puede ser totalmente perjudicial para el negocio.
En principio, es necesario aclarar que varios estudios afirman que los empleados que se encontraban “bajo la lupa” de su superior se sentían 5 veces más presionados que los que no. Como consecuencia, el rendimiento laboral aumentaba en algunos casos, pero en la gran mayoría provocaba un incremento en la torpeza y en la “auto explotación”.
Aquí, los líderes exigen que se les mantenga informados y actualizados todo el tiempo de los diferentes cambios (y progresos o retrocesos) que sus empleados ejecuten en una determinada tarea.
En la mayoría de los casos, es claro que los resultados son desalentadores. Muchos de los integrantes de los equipos de trabajo afirman que han sufrido un desaliento (sin hablar de los rastros destructivos que deja en la autoestima de cada uno de ellos).
La línea entre el liderazgo saludable, y un autoritarismo, se vuelve muy estrecha (y casi inconfundible) cuando aparecen esta serie de actitudes:
- Conducta asociada al miedo y a un autoritarismo (a veces sutil, y a veces hasta violento).
- Cada tarea debe ser supervisada por ellos, y por consecuente, controlada para que no existan “fisuras” o desperfectos en las tareas.
- Las opiniones de terceros son solo material extra, es decir, no hay espacio para la opinión de los demás.
- Aumenta la tensión entre los integrantes de la empresa cuando este líder se acerca, como si fuese una amenaza.

¿Por qué nace la microgestión?
Las causas pueden nacer desde distintas bases, pero claro está que hay dos de ellas que son más comunes que las demás: las causas personales, y las causas asociadas a la organización.
Las primeras tienden a aparecer por cuestiones de personalidad del propio líder, como la falta de autoestima, una obsesión con el trabajo, traumas por malas experiencias laborales que impliquen que hoy quiera hacer todo “perfecto” para no fallar. Es decir, aquí todo se resume en lo que ocurre dentro de la vida personal e interior del líder.
Las causas asociadas a problemas de organización se resumen en aquellos conflictos que surgen a la hora de encargar tareas, los choques entre colegas, la falta de comunicación, dudas en los puestos otorgados, entre otras.
¿Qué problemas ocasiona a largo y corto plazo?
Las consecuencias a corto plazo son totalmente visibles de manera inmediata. Por ejemplo, el malestar en el equipo, la aparición constante de “malos entendidos” (junto a las malas contestaciones por ambas partes), el ahogo y los cambios de humor (y de desempeño de tareas, claro) en cada uno de los integrantes.
Partiendo de estas ideas, podemos decir que a largo plazo tenemos:
- Un ambiente de trabajo caótico y agobiante, donde predomina el estrés, la falta de motivación, y la baja productividad.
- La figura del gerente como un ejemplo negativo.
- Aumento de zonas de confort de los empleados y descenso de innovaciones para la facilitación de tareas. Esto incluye la limitación de equipos, y la mera entrega de la consigna exacta que fue solicitada. Básicamente, tenemos autómatas que solo obedecen acciones y no le aportan nada nuevo a la compañía.
¿Cómo evito la microgestión?
Dentro de todo este panorama negativo, es bueno saber que la microgestión puede evitarse (y cómo no, revertirse en caso de que ya exista). Véase aquí algunos consejos:
- Conozca a su equipo y a quienes encabezan cada tarea. No vaya a ser cosa que se lleve una sorpresa cuando ya estén ejerciendo sus cargos.
- Presente las pautas y valores de su empresa, para que así sus encargados sepan qué es aceptable y qué no. Esto traerá como consecuencia que nadie se exceda de los límites que le corresponden.
- Cree un equipo fuerte en el trabajo en grupo. Ayúdelos a respetar cada puesto, al igual que sus tareas designadas.
- Sea justo y transparente. Si hay alguna conducta que considere inaceptable, no dude en tomar las medidas necesarias para que los empleados confíen en usted.
- Forme un clima laboral que se base en la escucha al otro y la inexistencia de las jerarquías autoritarias. Si bien en la empresa existen cargos a respetar, no permita que ninguno de sus empleados se “pase de la raya”.
- Escuche a los acallados, y crea en aquellos que le informen que estas conductas existen. Hacer como si no fuesen reales solamente perjudica a su negocio.

Muchos líderes afirman tener tendencias a la microgestión desde un lado inconsciente. A veces, esto se debe al afán de querer realizar las tareas con éxito y rapidez. Sin embargo, no consideran aquí todas las consecuencias negativas que pueden traer.
Ahora que conoces todos estos rasgos, ten en cuenta cada uno de ellos a la hora de evaluar el rendimiento de tu empresa y de tus trabajadores, para que así, puedas crear el clima laboral más adecuado para tus empleados.